Las costas de Cabo de Palos y Cala Flores se diferencian claramente del resto de playas. En este caso hablamos de calas con un tamaño reducido en las que el la orilla y el fondo se compone de rocas.
Esto es debido a que estas pequeñas calas se formaron tras derrumbamientos de roca de los acantilados del litoral. Así podemos encontrar islotes de roca sumergidos muy próximos a la orilla. Con el paso de los siglos esto ha creado una rica y vibrante vida marina.
Esta parte del litoral de la Costa Cálida es visitado año tras años por miles de submarinistas. Vienen a disfrutar de la reserva marina protegida con impresionantes praderas de posidonia y colonias de corales que sirven de hogar para diversas especies protegidas.
Las aguas de las calas de Cabo de Palos y Cala Flores son cristalinas, con poco oleaje durante el verano, perfectas para practicar snorkel y disfrutar del emocionante fondo marino.